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Mostrando entradas de enero, 2025

Milton Humason (1891-1972), el mulero que se convirtió en astrónomo.

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Hemos hablado ya de Henrietta Leavitt, cuyo excelente trabajo con las variables cefeidas permitió a Hubble establecer las distancias a las galaxias más lejanas al actuar las cefeidas como faros. Posteriormente Hubble descubrió que las galaxias se alejaban de nosotros más rápido cuanto más lejos. Pero nos falta una tercera persona clave para este último descubrimiento: Milton Humason, el mulero. En los primeros años del siglo pasado se estaba construyendo en el monte Wilson, que dominaba lo que eran entonces los cielos transparentes de Los Ángeles, el telescopio más grande del mundo destinado a descubrir el desplazamiento hacia el rojo de galaxias remotas. Había que transportar a la cima de la montaña grandes piezas de telescopio, un trabajo adecuado para recuas de mulas. Un joven mulero llamado Milton Humason ayudaba a transportar equipo mecánico y óptico, científicos, ingenieros y dignatarios montaña arriba. Humason conducía montado a caballo la columna de mulas, llevando a su terrier...

Henrietta Swan Leavitt (1868-1921)

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Henrietta Swan Leavitt nació en Massachusetts, el 4 de julio de 1868 y murió el 12 de diciembre de 1921. Se graduó en el Radcliffe College a los 24 años y pasó a trabajar como voluntaria en el Observatorio del Hardvard College, junto con un grupo de mujeres a las que sus colegas masculinos denominaban “computers” por el tipo de tareas mecánicas que realizaban: examinar placas fotográficas, hacer engorrosos cálculos. En definitiva, un trabajo poco reconocido y valorado. De hecho, el trabajo de Leavitt se lo anotaban sus superiores Edward Pickering y Edwin Hubble como propio. En 1908, descubrió la relación periodo-luminosidad de las estrellas variables cefeidas. Tras analizar miles de placas fotográficas, Leavitt publicó un trabajo donde explicaba que, según los datos analizados, esas estrellas palpitaban con un ritmo regular y tenían una mayor luminosidad cuanto más largo era el periodo: consiguió calibrar la relación periodo-luminosidad. El trabajo se titulaba “Periodos de 25 ...

Halley, su cometa y Nicole.

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Cuando nuestros antepasados miraban al cielo veían estabilidad. Las estrellas fijas, fueran aquello lo que fueran, se mostraban siempre de la misma manera, hasta el punto de que podías, reuniéndolas en asterismos o constelaciones, crear figuras y observarlas noche tras noche de la misma manera y las figuras se mantenían sin cambios. Había, es cierto, algunos puntos luminosos que se desplazaban sobre ese fondo de estrellas fijas. Nuestros antepasados les pusieron un nombre: estrellas errantes o planetas. Pero, aunque se movían, finalmente volvían una y otra vez por los mismos lugares del cielo. Estabilidad en definitiva. Y eso estaba bien. De repente, toda esa calma, toda esa estabilidad, desaparecía. Un objeto brillante, unas veces más otras veces menos, aparecía de la nada y se movía lentamente sobre el fondo de estrellas fijas durante semanas. Tenían una cabellera, unas veces grande otras veces menos. Y nuestros antepasados les pusierion un nombre: cometas. Palabra que en griego ...